En la galería se presentaba una muestra con los trabajos del Diseñador INGLES – Israelí Ron Arad y esa tarde se realizó una mesa redonda integrada por los arriba mencionados y el Arquitecto Patxi Mangado.

Mientras Mariscal jugueteaba con su ipad dibujando caricatura de Ron Arad las cuales aparecerían en una pantalla detrás de los panelistas, estos debatían el tema de cómo entender los espacios partiendo de una crítica más bien acida que hacia Mangado a la obra Arquitectónica de Arad, donde insinuaba que tenia elementos decorativos que no eran esenciales y podían sobrar en la obra. Arad se defendía débilmente y sin importarle mayor cosa los comentarios de Mangado. Terciaba Mariscal apoyando a Ron y su trayectoria artística que reflejaba en el encanto de toda su obra apoyada siempre en esos elementos extraños que la hacían única.

Nunca se debe olvidar que seguimos siendo niños y a pesar de la disciplina se debe jugar siempre, decía Mariscal.

Elena trataba de conciliar las opiniones y buscó un apoyo en Norman Foster quien muy débilmente le dio la razón a ambas partes defendiendo la racionalidad de la obra Arquitectónica pero considerando que es una actividad multidisciplinaria. Y debe ser una mezcla entre tecnología e imaginación. “Debe ser como un menú digerible donde todo se complemente y que nada te caiga mal”. El que habita el sitio es la persona que debe gozárselo , sintiendo confianza y paz para vivirlo plenamente. 

ARQ. OSCAR DARIO MUÑOZ